En el vibrante mundo de la gastronomía panameña, hay nombres que resuenan con fuerza y sabor. Uno de ellos es el de Corrado Bonvicini, propietario y mente maestra detrás de la exitosa cadena de restaurantes italianos Ciao Ragazzi fundada hace más de 10 años desde su apertura. Con una trayectoria marcada por la pasión y la excelencia gastronómica, ha conquistado el paladar de los comensales panameños con autenticidad, creatividad y una atención meticulosa al detalle. Originario de Italia, trajo consigo su herencia culinaria y pasión por la cocina auténtica y de calidad.
ORIGEN
Desde su infancia, Corrado Bonvicini ha estado inmerso en el rico patrimonio culinario italiano. Recuerda con cariño cómo ayudaba a su abuela y madre en la cocina, aprendiendo los secretos de la auténtica cocina italiana y desarrollando un profundo amor por los sabores frescos y genuinos.
“Creo que a la mayoría de los italianos les apasiona la cocina, sobre todo porque nos la heredan nuestras madres y abuelas. Siempre, cuando era pequeño, ayudaba a mi abuela y a mi madre a preparar pastas caseras, asar carnes y aprovechar todas las delicias que nos brinda la madre naturaleza”, afirma.
INSPIRACIÓN
Su viaje empresarial comenzó con una visión audaz: la importación de productos italianos congelados. Sin embargo, al llegar a Panamá, se dio cuenta de la necesidad de ofrecer algo más: auténtica cocina italiana. Tras trabajar en diversos restaurantes para comprender los hábitos alimenticios locales en el año 2013, pudo conocer proveedores de productos y, al intentar comer en restaurantes que la gente consideraba lo mejor de la restauración italiana, descubrió que había mucho por mejorar, “especialmente en lo que respecta a las recetas, los productos y la presentación de los platos”.
Posteriormente, decidió materializar su visión abriendo su propio restaurante, basado en recetas originales de diferentes regiones de Italia. Detrás de su éxito se encuentra un sólido apoyo familiar, especialmente el de su esposa, Rosa. Juntos, enfrentaron desafíos y superaron obstáculos para hacer realidad su visión gastronómica en Panamá.
“Rosa, a diferencia de su familia que ya provenía del sector de restaurantes y pizzerías, trabajó en estética profesional, bienestar y alimentación saludable durante casi 20 años y, al llegar a Panamá, rápidamente encontró un puesto importante en una clínica de belleza”, recuerda. La colaboración y la confianza mutua fueron fundamentales para alcanzar el éxito empresarial y establecer la reconocida cadena de restaurantes Ciao Ragazzi.
En enero de 2014 empezaron a trabajar para abrir su primera pequeña pizzería en Clayton, “entre otras cosas teniendo en contra a todos nuestros amigos que seguían diciendo que Clayton no era una buena zona y que debíamos valorar otras zonas, como Casco Antiguo, San Francisco o Costa del Este”.
El 10 de abril de 2014, después de muchos imprevistos y dificultades, abrieron el primer Ciao Ragazzi. A través de la calidad de los ingredientes, las recetas originales y una presentación impecable, Ciao Ragazzi ha logrado diferenciarse y cautivar a los comensales con la verdadera esencia de Italia. Sin embargo, en tan solo unos meses muchos ya hablaban de Ciao Ragazzi, la pizzería de Clayton, como la pizzería número uno de Panamá.
COMPROMISO Y EXCELENCIA
Desde la apertura del primer restaurante hasta ahora, la respuesta de los panameños a la cocina italiana ha sido una evolución constante y positiva, según el empresario. Además, cuenta con el apoyo de sus socios: Davide Danisi, Lucia Cestaro y Henry Godoy.
La búsqueda de sabores auténticos y la experiencia gastronómica única ofrecida por Ciao Ragazzi han conquistado el paladar de los comensales locales, convirtiéndose en un destino culinario imprescindible en Panamá. “Como en todo el mundo, en Panamá existen restaurantes y pizzerías con nombres italianos, pero que distan mucho de la auténtica cocina italiana”.
Considera que el éxito vino principalmente de la pizza, “sobre todo porque fuimos una de las primeras pizzerías en ofrecer una pizza di- ferente a la de otras pizzerías ya conocidas que ofrecían una pizza al estilo napolitano, con un borde alto y un sabor muy masa blanda”.
Además, en los últimos años han mejorado cada vez más su cocina, gracias también a la importación desde Italia de muchos productos que antes no se podían encontrar.
De igual forma, asegura que otro de sus distintivos es la presentación de una pizza al estilo romano, “con poco borde y masa baja, fina, crujiente por abajo y suave por arriba donde utilizamos exclusivamente harinas italianas, tomates pelados italianos, mozzarella fior di latte y muchos otros ingredientes que te permiten marcar la diferencia, fue un éxito inmediato”. Con perseverancia y fe, con la regla de “nunca rendirse”, han logrado abrir cinco locales, por lo cual su compromiso con la excelencia culinaria continúa impulsando el crecimiento y la reputación de Ciao Ragazzi.
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