El Moscow Mule es un coctel atemporal que combina simplicidad y sofisticación. Su equilibrio perfecto de sabores y su presentación icónica lo convierten en una bebida imprescindible para cualquier amante de los cocteles. Servido tradicionalmente en una taza de cobre, este coctel no solo es delicioso, sino también visualmente atractivo.
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El Moscow Mule tiene un origen en la década de 1940 en Estados Unidos. Aunque el nombre sugiere una conexión con Moscú, Rusia, en realidad, se afirma que el coctel es un invento estadounidense. En 1941, en un bar de Los Ángeles, tres hombres se encontraron por casualidad: John Martin, Presidente de Heublein Inc., una empresa que recientemente había adquirido los derechos de Smirnoff Vodka; Jack Morgan, propietario del bar y creador de una cerveza de jengibre casera que no se vendía muy bien; y un amigo de Morgan que tenía un excedente de tazas de cobre que tampoco encontraba compradores. Buscando una forma de promover sus productos, los tres decidieron combinar sus ingredientes: vodka, cerveza de jengibre y jugo de lima, sirviéndolos en las distintivas tazas de cobre. El resultado fue una bebida refrescante y efervescente que rápidamente ganó popularidad entre los clientes del bar.