MÓNICA FLORES, PRESIDENTA PARA LATINOAMÉRICA DE MANPOWERGROUP, HABLÓ CÓMO LA PANDEMIA DEL COVID-19 HA AFECTADO LA EQUIDAD DE GÉNERO EN EL ÁMBITO EMPRESARIAL Y LATINOAMERICANO.
Ha sido distinguida por el Senado de la República Mexicana como Mujer Destacada del Año 2011.
• Mujer destacada del año de México y Latinoamérica en los Negocios 2016 por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos.
• Mujer de la Década en Innovación y Liderazgo en el 2019, por el Women Economic Forum.
Reconocida como una de las empresarias más poderosas de los negocios en Latinoamérica y como uno de los 10 principales promotores globales de la diversidad, Mónica Flores es una mujer digna de admirar, tanto a nivel profesional como en su forma de balancear perfectamente su rol de madre y esposa. Fue criada en un hogar en el cual la preparación para la independencia económica y dar lo mejor de cada uno en todo fue primordial.
Aclara que gran parte del éxito de cualquier profesional es trabajar en lo que a uno le apasiona con disciplina y ser congruente con sus principios y valores, gozar lo que se hace día a día y, sobre todo, rodearse de personas adecuadas que tengan visión y valentía, que no sean tóxicas.
PANORAMA ACTUAL
La presidenta de ManpowerGroup manifiesta que el tema de equidad de género en el ámbito empresarial y en Latinoamérica “es un reto”. Al respecto, cita datos de la CEPAL que indican que con la pandemia del COVID-19, “perdimos 10 años de logros y avances de la mujer en la inclusión equitativa en el ámbito de trabajo”. La pandemia trastocó el ambiente y el mundo de las mujeres que trabajan dentro y fuera de casa, porque demostró que, “a pesar de que el trabajo remoto funciona, ahora se doblaron las responsabilidades dentro del hogar y la carrera profesional del hombre tomó más preponderancia”. En tanto, mencionó que ahora las mujeres están considerando reducir su jornada laboral, “lo cual tiene impacto en el salario… incluso algunas han pensado en renunciar… eso nos va a desacelerar”.
PRINCIPALES AMENAZAS
La ejecutiva señala que la principal amenaza es que hay pocas mujeres en altos cargos. “Cuando una mujer está en un puesto de liderazgo, facilita que otras entren a la organización y estén mucho más atentas a las políticas de igualdad y equidad”. La segunda amenaza es que las mujeres están “sobrerrepresentadas” en los sectores que van a ser sujetos a automatización o los que van a regresar a esos niveles de precovid más lentamente, como el turismo y el entretenimiento. “Hay muchas más mujeres representadas en el mercado informal y en las mismas empresas que fueron golpeadas”. A esto se suma una tercera amenaza, ya que a las mujeres no se les está incluyendo en temas de tecnología de la información, comercio electrónico, logístico, marítima y minería, entre otros.
¿QUÉ HACER?
Basada en su experiencia, recomienda que hay que preparar a las niñas desde pequeñas para que elijan profesiones adecuadas y no tradicionales. “Hay que hablarles distinto, que pueden ser bomberos, astronautas, que no tengan miedo a las matemáticas o carreras como ingenierías”. A su criterio, hay que eliminarles la carga de miedos inconscientes y de culpas e inseguridades. Además, indica que debemos promover mucho más el fomento en las organizaciones, atraer mujeres y retenerlas sobre todo en la etapa donde empiezan a casarse o embarazarse, que es
donde tenemos más deserción. De igual forma, crear más sponsorships y mentorships, con más hombre sumados a la causa, “no solo para lograr igualdad de oportunidades, sino también equidad salarial”