La educación en Panamá ha experimentado transformaciones significativas en las últimas décadas, reflejando no solo los cambios en la política educativa del país, sino también la evolución de la tecnología y la necesidad de adaptarse a un mundo en constante cambio.
Como mujer de 44 años, con un interés particular en la tecnología y la inteligencia artificial, he observado de cerca cómo estos avances han impactado la educación y cómo, a pesar de los retos, se presentan oportunidades valiosas para el desarrollo personal y profesional.
UN SISTEMA EDUCATIVO EN EVOLUCIÓN
Históricamente, la educación en Panamá ha enfrentado desafíos como la desigualdad en el acceso a recursos y la falta de infraestructura adecuada. Sin embargo, en los últimos años, se han implementado diversas iniciativas para mejorar la calidad educativa. La incorporación de tecnologías en las aulas, aunque lenta, ha comenzado a mostrar resultados positivos, especialmente en regiones que antes se consideraban rezagadas.
La pandemia de COVID-19 aceleró la transformación digital en el ámbito educativo. Las clases presenciales se convirtieron en clases virtuales de la noche a la mañana, lo que obligó a estudiantes, padres y educadores a adaptarse rápidamente a nuevas plataformas y métodos de enseñanza. Este cambio ha abierto puertas a nuevas formas de aprendizaje y ha demostrado que la tecnología puede ser un aliado poderoso.
BRECHA DIGITAL Y RESISTENCIA AL CAMBIO
A pesar de los avances, existe una carencia en la integración de la tecnología y la inteligencia artificial en el día a día de la educación. Muchas escuelas aún carecen de acceso a internet confiable y de dispositivos adecuados para todos los estudiantes. Además, hay un miedo palpable entre algunos educadores y padres hacia el uso de herramientas tecnológicas. Esta resistencia puede atribuirse a la falta de capacitación y a una percepción errónea de que la tecnología reemplazará las interacciones humanas en el proceso educativo.
Sin embargo, es fundamental entender que la tecnología, y específicamente la inteligencia artificial, no es una amenaza, sino una oportunidad para enriquecer el aprendizaje. Las herramientas tecnológicas pueden facilitar la personalización de la educación, permitiendo que cada estudiante avance a su propio ritmo.
PANAMÁ EN POSITIVO Y MUJER MÁS PANAMÁ
Desde mi experiencia al frente de iniciativas como Panamá en Positivo y Mujer Más Panamá, he podido observar cómo la educación puede ser un motor de cambio si se aborda de manera inclusiva e innovadora. Estas plataformas buscan empoderar al país, las mujeres y a la comunidad en general a través de la educación y la capacitación en tecnología.
Es crucial fomentar un entorno donde se valore el aprendizaje continuo, especialmente en áreas como la inteligencia artificial y el emprendimiento digital. Muchos de los desafíos que enfrentan nuestras empresas y marcas están relacionados con la falta de habilidades digitales. Esto limita el crecimiento personal y afecta la competitividad de Panamá en el escenario global.
FUTURO EDUCATIVO INCLUSIVO
Para avanzar hacia un futuro educativo inclusivo y dinámico en Panamá, es necesario implementar programas de capacitación que aborden tanto a educadores como a estudiantes. Las alianzas entre el sector público y privado son vitales para proporcionar los recursos y el apoyo necesario.
Además, es importante promover una cultura de innovación y experimentación en las aulas, donde tanto los docentes como los alumnos se sientan seguros al explorar nuevas tecnologías. El miedo a lo desconocido debe ser reemplazado por la curiosidad y la disposición a aprender. La educación debe verse como un viaje continuo, en el que cada experiencia, ya sea exitosa o fallida, proporciona lecciones valiosas.
MARISOL GUIZADO
CEO DE PANAMÁ EN POSITIVO
COFOUNDER MUJER + PANAMÁ
mguizado@panamaenpositivo.com